Hoy te voy a contar algo que aprendí viendo la serie Matlock. No, no me refiero a la, serie de abogados que veían nuestros padres, no. Me refiero al remake que protagoniza Kathy Bates y que me tiene atrapado.
En el primer episodio ella misma se recuerda:
«Cuando te pongas nervioso, no aceleres. Decelera.»
– Matlock
Y pensé: «¡Vaya joyita! Esto debería estar grabado en piedra en todas las oficinas del mundo».
Porque resulta que esto no solo pasa en los juicios televisivos.
A mí, por ponerte un ejemplo, me recordó cuando hablo en inglés en alguna reunión presencial o por Teams y por algún motivo la cosa se pone tensa… entonces empiezo a acelerar. Y claro, cuanto más acelero, más errores cometo.
¿Te suena familiar?
¿Por qué aceleramos cuando nos ponemos nerviosos?
La respuesta es sencilla: ansiedad pura y dura.
Como dice Simon Sinek:
«El pánico causa visión túnel. La aceptación calmada del peligro nos permite evaluar mejor la situación y ver más opciones.»
Cuando sentimos ansiedad, nuestro cerebro entra en modo supervivencia. Quiere escapar rápido del problema. Y eso hace que actuemos precipitadamente.
Pero cuidado: acelerar no resuelve nada. Al contrario, empeora la situación, es el ejemplo que te contaba de hablar en inglés en modo papagayo, bueno esto pasa en tu lengua materna.
¿Qué hacer entonces? Fácil: Decelera
Te doy tres consejos rápidos (pero despacio):
1. Respira antes de hablar
Thich Nhat Hanh lo dice claro:
«Los sentimientos vienen y van como nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla.»
Antes de responder una pregunta difícil (en inglés o español), respira profundamente. Tómate esos segundos para centrarte. Nadie se va a ir corriendo porque tardes dos segundos más en contestar.
2. La pausa estratégica es tu amiga
Mark Twain lo resumió perfectamente:
«La palabra correcta puede ser efectiva, pero ninguna palabra fue tan efectiva como una pausa bien colocada.»
No temas al silencio breve. Es tu aliado.
3. Recuerda: menos velocidad, más control
Benjamin Franklin decía sabiamente:
«No anticipes problemas ni te preocupes por lo que quizás nunca suceda.»
La ansiedad nos empuja a acelerar innecesariamente para intentar controlar el futuro. Pero la calma es la verdadera clave del control.

Un ejemplo práctico (y personal)
Hace poco tuve una reunión importante en inglés con un cliente internacional. Últimamente me tocan muchas de estas por mi rol como Quality Manager.
Empecé bien hasta que me puse nervioso con una parte en la que no estábamos del todo de acuerdo. En ese momento mi cerebro me pidió meterle caña y empecé a hablar a toda velocidad.
Resultado: desastre parcial. Y digo parcial, porque me acordé de ese capítulo de Matlock y de su frase, así que me dije a mi mismo:
Si noto ansiedad, paro un segundo, respiro despacio y sigo hablando lentamente.
Y funcionó de maravilla. Retomé el control de mi inglés, y también en gran parte de la conversación.
Conclusión rápida (pero sin prisas)
Los líderes efectivos saben cuándo ir rápido y cuándo ir despacio. Los #líderes marcan el paso, el suyo propio y también el de su #equipo:
La próxima vez que sientas ansiedad o presión recuerda al viejo Matlock:
No aceleres.
Decelera.
Tu equipo (y tu inglés) te lo agradecerán eternamente.
P.D. 4: Una última cita… esta de mi equipo:
“El presidente no puede cambiar el país por sí solo. Pero, ¿qué puede hacer? Puede dar ejemplo.”
Volodymyr Zelensky
______________________________________________________________________
Y recuerda: ¡Carpe Diem, Memento Mori!
Chema Portero CAC 11563
______________________________________________________________________
Copyright 2025, Chema Portero. Todos los derechos reservados. La reproducción de este email o parte de él está estrictamente prohibido sin el consentimiento expreso de Chema Portero. Zaragoza, 50015, España.
En cumplimiento de lo dispuesto en la Protección de Datos, para el ejercicio de sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición al tratamiento de sus datos personales, contenidos en nuestras condiciones de protección de datos, solamente tiene que responder a este e-mail indicando su email en el asunto, o bien a través del envío de un correo ordinario a la dirección: